domingo, 15 de mayo de 2011

adios

Estoy en ese punto, en el cual pienso que si no hablo del tema, es como si no hubiese pasado. Cuando me preguntan como estoy, continuo sintiendo ese nudo en el cuello que me aprieta y me cuesta poder expresar todo los sentimientos que quieren salir y escapar de mi intento de atraparlos y reprimirlos. Realmente escribir es mucho más sencillo, y menos doloroso. Me falta algo, llego a casa y no está, han sido casi 12 años con él, dándome todo sin esperar nada, echo de menos su compañía, el poder abrazarlo y acariciarlo, pero tengo que aceptar que se fue, que ningún otro gato podrá sustituirlo, que Robin es y será único. Recordaré los buenos momentos esos en los que un persa de 6 kilos me chafaba en el sofá cada noche, en esas miradas que lo decían todo. Quizá para quien no ha tenido nunca animales sea una tontería pero quien ha querido a un perro o un gato, entenderá lo mal que se pasa cuando ellos se van, son quienes nos esperan cada día, son con quienes somos realmente como somos. Realmente nada de lo que ahora mismo pueda hacer o decir me ayudará a estar mejor, solo el tiempo lo hará menos doloroso, pero el recuerdo estará para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario